Con esta novela el autor quiere
“rendir un homenaje a aquellas personas que volvieron de la guerra civil sin
cicatrices en el cuerpo pero que ellas en el alma”.
La historia se ambienta en los años
50 en un pequeño pueblo de Teruel y el protagonista principal es un maestro,
Don Juan, y también sus alumnos que, con carácter coral, van contando diferentes
experiencias de la infancia de esos años. Podría considerarse la crónica de un
curso escolar e incluso de la posguerra, pero el autor considera que sobre todo
se trata de “una reflexión sobre el bien
y el mal cuyas semillas anidan en el interior del ser humano”.
Para Pellejer esta novela ha sido
una liberación, “todos llevamos una mochila llena de recuerdos y en esta novela
he volcado muchos de la infancia”. Como él mismo reconocía ante los asistentes “es
una casa nueva hecha con ladrillos viejos” que recoge una idea que le rondaba
por la cabeza desde hace unos 15 años y que tardó tres meses en llevar al papel
con un horario de trabajo minucioso.
Tras una breve explicación del
proceso creativo del autor se abrió un turno de preguntas en las que fue resolviendo las dudas planteadas por los asistentes, algunos con los deberes hechos
y la novela leída. También se interesaron por la portada, diseño de Clara
Pellejer, dos hormigas sin antenas en posición de pelea, una en cuyo cuerpo puede
leerse un fragmento de un discurso de la Pasionaria y otra con uno de Franco,
como una alegoría a los enfrentamientos fratricidas y de la permanente amenaza de que puedan volver a repetirse,
aclaró el autor.